Por José Alejandro Peña
Raquel Virginia Cabrera, una destacada escritora y excéntrica poeta originaria de la República Dominicana (Santiago de los Caballeros, 1973), ha dejado una notable huella en la literatura hispanoamericana moderna con la aparición de su primer libro, ‘El vuelo de la locura’, publicado en 2006 por Ediciones El Salvaje Refinado. Formada en la prestigiosa New York University, donde recibió una sólida educación en escritura creativa y literatura hispanoamericana, Cabrera ha sabido fusionar su herencia cultural con una formación académica rigurosa. Esta combinación ha resultado en una voz poética suficiente y ejemplar, sencilla y lacónica en su forma, desafiante y honda en su contenido, capaz de influir en exigentes lectores contemporáneos.
La trayectoria de Cabrera se ve enriquecida, además, por el reconocimiento y apoyo establecidos a través de diversas becas. Entre ellos destaca la beca del Northern Manhattan Arts Alliance, una institución que ha sido crucial en el fomento de talentos artísticos dentro de la comunidad hispana en Nueva York. Este respaldo ha permitido a Cabrera desarrollar y divulgar su obra de manera más amplia y profunda, mostrando la universalidad de temas abordados desde una perspectiva profundamente personal y cultural.
Enmarcada en un contexto histórico y cultural que refleja tanto sus raíces dominicanas como la influencia de su vida en Nueva York, la obra de Cabrera representa un puente entre dos mundos. ‘El vuelo de la locura’, no es solo una colección de poesía, sino una exploración poética que toca temas universales de amor, erotismo, ligera plasmación de la locura como enclave analógico con el mundo real, identidad de los entes cotidianos y transformación de los signos más elementales de su profunda sensibilidad. Este trabajo seminal ha sido clave para posicionar a Cabrera como una voz importante en la literatura del siglo XXI.
A través de ‘El vuelo de la locura’, Cabrera no solo narra, sino que construye un camino hacia la comprensión y apreciación de la condición humana, utilizando su propia historia y experiencia como un lienzo sobre el cual proyectar sus verdades poéticas.
La estructura del libro se presenta como una travesía psicológica y emocional. Cada poema parece conducir al lector a través de un viaje introspectivo, donde la línea entre la cordura y la locura se desdibuja. Este enfoque permite que los temas de la obra, como el cuestionamiento de la realidad y la consciencia del hombre actual, se desarrollen orgánicamente a lo largo del discurso poético.
En cuanto a los temas principales, la locura se convierte en un canal de expresión para la verdadera lucidez. Cabrera utiliza la locura no como un estado de pérdida, sino como una herramienta para explorar la auténtica naturaleza del ser. Esta dicotomía se refleja en varios poemas del libro. Por ejemplo, en el poema “Coleccionar sombreros”, la voz poética afirma:
“Si la imaginación
fuera una zorra de cien cabezas
entonces las iglesias
estarían llenas de gardenias
de algún paraíso prohibido
y el tin tan de sus campanas anunciarían
un convento clausurado por monjes
que prefirieron encerrarse en manicomios.
¿Será posible al menos coleccionar sombreros?”,
destacando cómo estas dos condiciones humanas se entrelazan para crear una visión única del mundo.
El estilo y la técnica de Cabrera resaltan por su lirismo y profundidad simbólica. Los poemas a menudo emplean metáforas audaces y un lenguaje evocador que transportan al lector a un espacio sensorial y emocionalmente cargado, y una ironía que sabe hacer uso de la expresión absurda. El absurdo en su poesía es un tema muy digno de estudio. Además, su uso del verso libre permite una fluidez y libertad expresiva que se adecuan perfectamente a los temas tratados. Ejemplos como “Árbol seco” (para mí el mejor poema del libro) ilustran esta técnica, donde la autorreflexión y la metáfora se combinan para expresar la complejidad de la existencia humana.
“Soy un árbol seco:
la savia se consumió en mí.
No siento siquiera al viento,
las aguas son historias no contadas.
Caída estoy antes que mis hojas,
santuario de un cuerpo flagelado.
Absorta en el dolor vegetal:
¿por qué me has abandonado?”
Raquel Virginia Cabrera se destaca en el panorama literario contemporáneo por su capacidad para entrelazar el erotismo y el desdoblamiento de imágenes en una poética que trasciende lo convencional. Estos temas recurrentes son abordados con una sensibilidad sofisticada que invita a la reflexión y al autodescubrimiento. En su obra, el erotismo no es simplemente una exploración del deseo físico, sino una herramienta para revelar las profundidades de la existencia humana.
El erotismo en la poesía de Cabrera se presenta como una fuerza vital que desafía las fronteras entre lo carnal y lo espiritual. A través de una imaginería rica, cautivadora y emotiva, Cabrera logra captar la esencia del anhelo y la pasión. Veamos unos pocos ejemplos:
Salgo desnuda a pasear por Broadway
a mostrar mis tatuajes invisibles
y mis piernas bordadas con palomas.
El vestigio de los transeúntes se decolora
al saludar sus miradas vestidas de veleros
sorprendidos por amaneceres.
El gozo es incienso que profana al viento.
Develo la prehistoria del miedo
y diseño en la poesía mi único atuendo.[Frenesí, página 11]
Amanecí con ganas de besar a todos los hombres,
de perpetuar boca a boca la belleza del fuego,
de transpirar el universo del Yang,
de impregnar la tierra de un hechizo afrodisíaco,
de amarrar todas las razas a mi espalda.
Desempolvaré con el cabello sus rastros
hasta encontrar mi rostro,
eterna devoción de escudriñarme.
Búsqueda inversa en el lúcido vértigo:
mi lengua resplandece en el deseo.[Búsqueda inversa, página 9]
Como podemos apreciar, nuestra poeta no se contenta con una vaga decoración formal, se abre paso a una mundo desprevenido, donde pide un equilibrio entre las potenciales fuerzas de la palabra y lo consigue mediante un ejercicio que va más allá de las insuficiencias del lenguaje común.
Esta cita ilustra cómo el erotismo en su obra se convierte en un puente hacia experiencias más profundas y significativas.
El desdoblamiento de imágenes es otra técnica literaria crucial en la poética de Cabrera. Esta técnica permite que múltiples capas de significado coexistan en un solo verso, creando una obra de gran complejidad y profundidad. Por ejemplo, la autora usa descripciones que pueden interpretarse de diversas maneras, generando una polivalencia de sentidos. En sus obras, las imágenes se fragmentan y se recomponen, reflejando la dualidad inherente a la experiencia humana. En uno de sus poemas (“Fetichismo”), Cabrera escribe:
“No me importa envejecer
amando el olor del pantalón
que dejaste en el armario
o amando tu retrato
en la mesita de aquellas noches
donde cortejamos la vida
más allá de la oscuridad.”
Aquí, el desdoblamiento de imágenes simboliza la fragmentación y la búsqueda del yo como consciencia invaluable de lo auténtico.
Estos elementos, combinados con una técnica literaria refinada, permiten que la obra de Cabrera se mantenga fresca y compleja. El erotismo y el desdoblamiento de imágenes no solo construyen una narrativa rica en simbolismo, sino que también desafían al lector a participar activamente en el proceso de interpretación, convirtiendo la lectura en una experiencia transformadora.
“Abandonaré un dulce dolor;
traspasaré los ojos fríos del buitre;
me aliaré al milagro inexistente.
Escarbaré edades que no tengo;
cerraré la vida con espejos rotos,
por sueños holográficos:
Girasoles circundarán épocas repetidas
en el intrínseco acto del misterio.”
El trabajo de Cabrera fue someramente influenciado por la poesía de Oliverio Girondo y Alejandra Pizarnik. Este contacto le dio la motivación necesaria para elaborar sus propios poemas, los cuales destacan por su precisión y meticulosidad. La poesía de Girondo, conocida por su innovación y valentía lingüística, claramente dejó una huella significativa en el enfoque de Cabrera. La de Alejandra Pizarnik, a la vez que se muestra sombría y misteriosa, le aportó un claro sentido de la brevedad y elasticidad expresiva.
En la elaboración de ‘El vuelo de la locura’, Cabrera no solo tomó inspiración, sino que también adoptó un proceso de revisión y pulido riguroso. Cada poema fue elaborado audazmente, revisado meticulosamente y pulido hasta alcanzar la perfección. Este proceso dedicado es evidente en el resultado final de su obra.
‘El vuelo de la locura’ ha dejado a muchos asombrados. La obra es un claro ejemplo de cómo el atrevimiento y los desafíos del lenguaje pueden dar lugar a una poesía que no solo toca al lector, sino que también ofrece una nueva perspectiva sobre el arte poético. Aunque las influencias mencionadas son fáciles de comprobar, no pasan de ser una humilde muestra de admiración y motivación y, sin duda, no son para nada determinantes, ya que Cabrera ha logrado hacer suya esa inspiración, creando algo verdaderamente significativo, original y valioso.
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<<Poemas de ‘El vuelo de la locura’, de Raquel Virginia Cabrera>>
Impresionantes los poemas de Raquel Virginia Cabrera.